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Dedica Italia pocos recursos a cultura pese a ser potencia en sector from Olivia Diaz's blog

Notimex

Italia puede ser considerada una de las primeras potencias culturales del mundo por poseer el mayor número de sitios considerados patrimonio de la humanidad por la Organización de las Naciones Unidas...

Italia puede ser considerada una de las primeras potencias culturales del mundo por poseer el mayor número de sitios considerados patrimonio de la humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

Sin embargo, paradójicamente dedica al sector menos recursos públicos que la mayor parte de los países de la Unión Europea (UE). Según datos de la agencia europea de estadísticas (Eurostat), en 2014 Italia destinó el 1.4 por ciento del gasto público a la cultura, frente a un promedio del 2.1 por ciento de la UE.

Ese mismo año el gasto para el sector equivalió al 0.7 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) italiano, el mismo nivel que Reino Unido y solamente un poco más arriba de Grecia, con el 0.6 por ciento.

Pese a ello los datos de la UNESCO, correspondientes a 2015, señalaron que Italia cuenta con el mayor número de sitios considerados patrimonio de la humanidad, un total de 51, seguida por China, España, Francia, Alemania, India y México.

Varias ciudades italianas tienen un centro histórico reconocido con ese galardón, como Roma, Florencia, Venecia, Nápoles, Siena, Verona, Vicenza, San Gimignano, Urbino o Ferrara.

El país también cuenta con sitios arqueológicos en la lista de la UNESCO, entre ellos las ciudades de Pompeya y Herculano, o zonas de Agrigento, Paestum y Velia, Aquilea, las necrópolis etruscas de Cerveteri y Tarquinia o los monumentos paleocristianos de Ravenna y Siracusa.

Tiene también necrópolis o las villas romanas de Adriana y Casale, por no hablar de fortalezas, burgos y castillos medievales a lo largo y ancho del territorio o la herencia del Renacimiento en ciudades de arte como Florencia, Roma, o Siena.

Según datos oficiales, el llamado “Bel paese” tiene seis millones de bienes considerados de arte, muchos de los cuales se encuentran resguardados en bodegas y sótanos, ante la falta de espacio para exhibirlos.

Un reporte de la Fondazione Symbola y de la Unión de Cámaras de Comercio resaltó que la cultura es responsable del 5.4 por ciento de la riqueza producida en Italia, equivalente a 75.5 mil millones de euros, además de que da empleo a un millón 400 mil personas, el 5.7 por ciento del total de ocupados.

Sin embargo, la larga crisis económica iniciada en 2008 -que se añadió a un contexto de bajo crecimiento estructural- ha tenido a la cultura como una de sus principales víctimas.

Un dato elocuente es el que se refiere al presupuesto destinado al Ministerio de Bienes Culturales, que en 2001 era de 2.7 mil millones de euros, y en 2013 había caído a 1.5 mil millones.

Según Fabio Donato, experto en economia de empresas culturales de la Universidad de Ferrara, en el trienio más duro de la crisis, entre 2009 y 2011, los financiamientos públicos a la cultura en Italia disminuyeron más del 16 por ciento.

Resaltó que el país no ha alcanzado los estándares de otros países europeos, en los que el sector cultural y recreativo incide en el 2.6 por ciento del PIB. En ese sentido, subrayó la paradoja de que Italia es la nación con el mayor patrimonio cultural del mundo, pero una de las que lo explota menos.

El experto también criticó la política gubernamental, que en los últimos años ha buscado la financiación privada (basta recordar que la última restauración del Coliseo corrió a cargo del empresario Diego Della Valle), pues en su opinión esos recursos son “golondrinos”, es decir, suelen terminarse en periodos de “vacas flacas”.

Consideró que lo que se necesita es un modelo de gestón “multinivel”, fundado en los principios de organización en redes, asociaciones con privados y apertura a la participación empresarial juvenil.

“En ese modelo existe un nivel superior que maneja toda la red cultural del país según los principios de sostenibilidad económica; un nivel inferior en el que cada institución cultural desarrolla sus actividades coherentemente con las políticas decididas por la red”, explicó.

A nivel superior -precisó- son realizadas las actividades comunes a la red, como administración, promoción, relaciones con la iniciativa privada, proyectualidad cultural o programas educativos, mientras a nivel inferior se llevan a cabo las actividades operativas.


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