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La guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), que surge bajo la influencia de la Revolución Cubana, por fin iniciará negociaciones con el gobierno colombiano el próximo 7 de febrero, tras...La guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), que surge bajo la influencia de la Revolución Cubana, por fin iniciará negociaciones con el gobierno colombiano el próximo 7 de febrero, tras 52 años de lucha armada.
Los diálogos de paz en su fase pública y tras tres años y medio de exploraciones y definiciones de su agenda, se instalará el 7 de febrero en Quito, Ecuador, con el aval del gobierno del presidente Rafael Correa.
Ambas partes acordaron -en su más reciente encuentro exploratorio en Quito- que “el ELN liberará al ciudadano Odín Sánchez Montes de Oca”, y el mismo día “se harán efectivos los indultos a dos integrantes del ELN”.
El Defensor del Pueblo de Colombia, Carlos Alfonso Negrete Mosquera, afirmó que el “inicio formal de los diálogos con el ELN es la mejor manera de seguir construyendo paz (...) el ELN entró en razón y vamos a ponerle mucha fe para que este proceso de paz sea fructífero y rápido”.
“Esperamos la liberación de todos los secuestrados. No más secuestros, no más líderes sociales ni defensores de derechos humanos asesinados en Colombia”, puntualizó el Defensor del Pueblo.
El ELN es la segunda fuerza insurgente que opera en Colombia después de las Fuerzas Armadas Revolucionarios de Colombia (FARC), y en la actualidad tiene cerca de dos mil hombres y mujeres en armas, así como una importante red de milicianos y colaboradores en los centros urbanos.
La conformación del ELN se da a mediados de 1964, pero su primera acción militar se realizó el 7 de enero de 1965, cuando el grupo de 16 insurgentes tomó la guarnición policial del municipio de Simacota, en el departamento de Santander (nor-oriente).
En la ocasión, su jefe fundador Fabio Vásquez Castaño leyó la proclama en la que informó a los colombianos sobre las intenciones de tomar el poder por la vía de las armas.
En sus orígenes, el ELN tuvo claras influencias culturales y políticas de los hechos históricos ocurridos un lustro atrás en Cuba, donde Fidel Castro y Ernesto Guevara hicieron méritos para convertir su gesta en un mito que se regó como pólvora en América Latina.
“Venimos a defender la revolución Cubana, porque es hermana gemela de la lucha colombiana”, decía un porro compuesto por estudiantes que viajaron a La Habana.
Claro está que ese discurso pro-cubano de los ‘elenos' sería pronto influenciado por otro viento liberador que soplo en esta parte del mundo, y que se conoce como la teología de la Liberación.
Más allá de la discusión teórica sobre la validez de esta nueva interpretación del evangelio, es evidente que el ELN, al igual que otros grupos en el continente, recibió el oxígeno que avivó su llama del espíritu combativo de religiosos que abandonaron la sotana y asumieron el fusil como una opción de justicia social.
Sin embargo, en el corazón y el pensamiento del ELN hay una huella indeleble de un hombre que marcó su sino ideológico y que, en su momento, fue un transformador de la sociedad colombiana.
Se trata del sacerdote Camilo Torres Restrepo, un joven religioso de familia acomodada nacido en 1929, quien fue un brillante sociólogo y politólogo que marcó un hito en la historia contemporánea de Colombia, por su posición de izquierda y fundamentalmente, porque reivindicó los derechos de los más necesitados.
El cura Camilo Torres, es el principal símbolo de la lucha del ELN, su labor popular es recordada por su concepción de vida más allá de una propuesta armada, pues incluso pocas semanas después de su ingreso definitivo a las filas guerrilleras cayó abatido en un combate en el departamento de Santander en febrero de 1966.
El religioso rebelde abrazó fervientemente el sacerdocio y se apasionó por la concepción cristiana del amor como entrega al prójimo, postura desde la cual dio vía libre a su afán revolucionario.
El sacerdote, nacido en Bogotá, es considerado por los historiadores colombianos como el más "esclarecido precursor de la Teología de la Liberación".
La relación del sacerdote Camilo Torres con el ELN fue muy corta, pero su concepción revolucionaria marcó profundamente a este grupo que particularmente nació con tendencia castrista y promulgó el concepto del foquismo en la guerra de Ernesto "Che" Guevara.
Años después de la muerte de Camilo Torres, el grupo guerrillero siguió recibiendo en sus filas a sacerdotes que acataron los llamados a las armas, como el cura español Manuel Pérez, quien ingresó a las filas en 1969 y para 1980 se convirtió en el jefe máximo de la organización hasta el 14 de febrero de 1998.
El Cura Pérez o Poliarco, que fueron sus nombres en la vida guerrillera, murió de una grave enfermedad y fue sucedido por Nicolás Rodríguez Bautista (Gabino), quien aún es el jefe máximo de este grupo insurgente.
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