Seguridad, Medio Ambiente y Demografía se suman a encuentro en Davos from Olivia Diaz's blog

Notimex

Las bolsas y los mercados de capital marcan las preocupaciones de los economistas y empresarios de cara a su encuentro anual en Davos, además se suman este año otras de índole ambiental, de seguridad y demografía, destacó hoy el semanario alemán Spiegel.

Hace 10 años el mayor riesgo identificado por los líderes económicos era la crisis financiera y mercados de capital y hace cinco, la crisis de la zona euro alcanzada su punto álgido y Estados Unidos se encontraba al borde de la incapacidad de pago ante el bloqueo presupuestario en el Congreso, recordó el semanario en un editorial.

El foro de Davos arranca este martes en esa localidad suiza y supone una especie de cumbre económica mundial en la que se dan cita las principales figuras del mundo de la economía y la política.

Ahora, además de las preocupaciones por los mercados financieros, el curso de las acciones o la solvencia de los bancos preocupa el posible uso de armas de destrucción masiva, señaló Spiegel.

En ese marco se refirió al Global Risk Report 2017, el Informe de Riesgo Global 2017 que elabora el Foro Económico Mundial (WEF) basándose en una amplia encuesta cuyo resultado arroja un considerable pesimismo de los líderes económicos.

Desde 2011, ese sondeo destaca de manera continúa la preocupación por la desigualdad económica o el cambio climático, así como por la convulsa situación geopolítica mundial, marcada este año por un factor extraordinario de incertidumbre para la diplomacia mundial, ante la toma de posesión de Donald Trump el próximo viernes como presidente de Estados Unidos.

Las encuestas muestran que la élite económica reconoce que ya nada es como antes ni funciona como antes y que la economía mundial se encuentra en un callejón sin salida del que sólo puede salirse con una acción colectiva, algo que no se vislumbra en el corto plazo, dijo Spiegel.

Apuntó que mientras tanto, los políticos inician cada vez con más frecuencia acciones en solitario a nivel nacional, que no ayudan a mejorar las cosas.

Consideró que en lo que a economía se refiere, el mundo ya no logra el aumento del bienestar que era habitual en las última décadas, por lo que se agudiza la lucha del reparto de la riqueza dentro de las sociedades, entre culturas y religiones y entre Estados.

El semanario apuntó que en todo el mundo a nivel general aumenta la deuda de las empresas, los ciudadanos y los Estados.

Alemania es la única gran economía del mundo con superávit en el presupuesto público, pero a nivel global las deudas se sitúan en 140 billones de dólares y las consecuencias de esta lógica son un débil crecimiento, alto desempleo e inestabilidad financiera, también en los países emergentes como México, donde sólo el anuncio de las políticas económicas de Trump ya han hecho caer el peso y desatado un aumento de la inflación, anotó.

Hasta ahora esa situación se estabilizó gracias a la política de los bancos emisores, algo que podría cambiar con una subida de los tipos de interés ya acometida por Estados Unidos y que la Unión Europea podría seguir próximamente, comentó.

Pero en realidad, alertó la publicación, lo que se necesita es un plan coordinado para la reducción global de la deuda en el mundo, de lo que en estos momento no hay ni rastro.

Refirió que la situación de la seguridad mundial desempeñará un papel crucial en Davos, en un escenario en el que el riesgo no sólo se deriva de la actuación de la milicia terrorista Estado Islámico, sino también de un cuestionamiento global de la arquitectura de la seguridad internacional.

Trump dejó abierta su vinculación a organizaciones internacionales como la OTAN al tiempo que se agudiza la lucha por el poder y la influencia, mientras Rusia y China aumentan su radio de influencia en el mundo. No es gratuito que sea este año el presidente chino Xi Jinping el encargado de abrir el WEF.

Por otro lado, el clima mundial cambia sensiblemente en un proceso en el que todos tienen mucho que perder: la carencia del agua y la caída de las cosechas amenaza a las regiones de mayor crecimiento demográfico del mundo.

La cumbre de París de finales de 2015 decidió poner fina largo plazo a los combustibles fósiles para evitar un colapso del planeta, pero eso sólo sería posible si la humanidad logra un aumento considerable de la eficiencia energética.

A todo ello se suma un crecimiento constante de la población mundial, pero con muchas desigualdades a nivel regional. La población está además mejor informada y cada vez más dispuesta a moverse y mirar.

Los flujos migratorios y las tensiones culturales derivadas de ellos aumentan dentro de la sociedades, Estados y continentes, lo que amenaza con una dramática escalada en la segunda mitad del siglo.

Si se mantiene este ritmo en 2050 vivirán en la Tierra casi 11 mil millones de personas, según las previsiones de la ONU y en 2100 más de 20 mil millones, cuya alimentación supondrá un reto casi imposible de imaginar.

Los cuatro factores están interrelacionados: ante un estancamiento del crecimiento económico y un crecimiento de la población, el cambio climático se hace más difícil de frenar y la situación de seguridad se vuelve más precaria.

La solución: un mayor grado de cooperación internacional que incluya un acuerdo mundial sobre las deudas y un aumento de la inversión en energías e infraestructuras sostenibles, así como una estructura de seguridad internacional capaz de frenar el elevado riesgo de grandes conflictos armados y un mayor control demográfico.